Entre las culturas indígenas del territorio colombiano, las comunidades Embera Chamí se han caracterizado por manifestar cierta dinámica de desplazamiento desde sus resguardos de origen ubicados en los departamentos de Risaralda y Caldas, como el resguardo el Cañón por las riveras del río san Juan; a nuevos contextos urbanos como san Antonio del Chamí, Mistrató o Arnserma, lugares que sirven de zonas intermedias en su tránsito a las ciudades más grandes como Pereira, Manizales o Bogotá, donde se han observado ejerciendo en muchos casos la venta callejera informal y la indigencia. Estos desplazamientos y nuevos asentamientos en contextos urbanos, no implica necesariamente el abandono de sus raíces ancestrales, puesto que las comunidades índígenas conservan su identidad étnica y la inculcan a sus nuevas generaciones en estos contextos interculturales. Esta investigación invita a reflexionar sobre la importancia de redefinir la etnoeducación como una necesidad que va más allá de los resguardos indígenas donde se pretende delimitar; se plantea como un deber que incumbe a todo el sistema educativo nacional.