Los Esteban-Pérez o Esteban-Murillo, como ellos mismos decidieron llamarse, fueron una familia muy prolija, donde hijos y nietos iban sucediéndose en el tiempo. El pintor tuvo trece hermanos y diez hijos; desde el matrimonio de sus padres en 1588 hasta principios del siglo XVIII, vamos a encontrarnos en este libro con documentación de archivos donde conoceremos el periplo de los Murillo por diferentes parroquias, en una Sevilla Barroca. Las pinturas religiosas se van a convertir en la decoración indiscutible de iglesias, casas, instituciones etc. y este va a ser el motivo por el que Bartolomé Esteban Murillo abandonará la collación de La Magdalena, lugar donde permanecerá el resto de su familia, para ir instalándose en diferentes parroquias: San Isidoro, San Nicolás, San Bartolomé y Santa Cruz.