El envejecimiento de la población y las propuestas para retrasar la jubilación en muchos países han suscitado un mayor interés por conocer las posibles asociaciones a largo plazo entre la jubilación y la salud. Como transición vital importante, la jubilación puede influir en la salud al modificar los recursos económicos, los factores de estrés psicosocial, los comportamientos en materia de salud, la integración social y el control personal. La jubilación anticipada puede ser un factor de riesgo de mortalidad y la prolongación de la vida laboral puede proporcionar beneficios de supervivencia entre los adultos mayores. La transición del trabajo a la jubilación puede ser beneficiosa o perjudicial para la salud. Los resultados mostraron que el riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta tras la jubilación. Desde el punto de vista de la salud, las ECV siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo. Al estudiar la asociación entre jubilación y ECV o sus factores de riesgo, es importante tener en cuenta la causalidad inversa, ya que la mala salud puede ser un factor determinante de la jubilación, especialmente en el caso de la jubilación anticipada. La mala salud mental puede influir en las decisiones de las personas y en su capacidad para seguir trabajando en la edad adulta. La identificación de los factores que impulsan la jubilación proporciona información valiosa para los responsables políticos que intentan mitigar los efectos de la población.
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