En las megaciudades contemporáneas, polutas y atestadas, crece sin ser advertida la semilla de aquellos que nos sucederán, los mutantes. La nueva especie mejor adaptada para sobrevivir en condiciones ambientales cada vez más letales. Ellos son los sucesores que nos suplantarán o vivirán junto a nosotros. Mientras que en las instalaciones y laboratorios estatales o corporativas, la seguridad y la economía, pero también la codicia y el deseo de poder, confluyen para la gestación de seres humanos copias de prototipos, los clones, destinados a actividades productivas, de seguridad o algo peor. El destino futuro de estos protagonistas, o de algunos de ellos, o de todos o ninguno,se juega en las calles, subterráneos y en el Mall, los centros comerciales, fuera de las pantallas televisivas, del mundo virtual y la prensa oficial, en una batalla tan imperceptible como sorda.