La prevención o el tratamiento de la periodontitis apical tiene por objeto desinfectar el sistema de conductos radiculares para que los tejidos perirradiculares no sean vulnerables al ataque de la microbiota dentro del diente. Esto se logra mediante un proceso de conformación y limpieza del espacio del canal radicular. Los principios fundamentales que subyacen a este proceso no han cambiado en décadas. Por el contrario, el armamento del que dispone el clínico sigue evolucionando rápidamente. El uso de limas de níquel-titanio (NiTi) especialmente diseñadas para crear una vía de deslizamiento permite al clínico manejar canales curvos estrechos de manera más predecible en situaciones que de otro modo habrían resultado demasiado difíciles con las técnicas convencionales. Otras limas, diseñadas para dar forma al canal, han sido desarrolladas utilizando principios metalúrgicos que permiten que las limas de NiTi sean más flexibles y resistentes a la fatiga cíclica. Estos nuevos sistemas también requieren menos instrumentos para preparar un canal y algunos, que han adoptado un movimiento recíproco (rotativo), pueden requerir sólo una lima. También se está avanzando en la mejora de la eficacia de la actividad de irrigación mediante sistemas de presión apical negativa y técnicas de agitación sónica y ultrasónica.
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