Si la violencia está contenida en múltiples relaciones de la vida cotidiana ¿Por qué siendo un hecho social con fines inmediatos como el poder, el control o el sometimiento, es llevada al escenario ritual? El autor da respuesta a esta y otras interrogantes sobre el carácter festivo donde se desarrollan rituales violentos como el llevado a cabo en la "huamantlada" y los "toreros" en la región del Volcán La Malinche, Tlaxcala. La fiesta como espacio que irrumpe lo cotidiano para dar paso al universo simbólico, expresión a-estructurada de las conductas personales que no encuentran una sola lógica, donde lo ininteligible, puede traslaparse hacia lo polisémico. Allí los actores sociales del drama festivo, deambulan en un ir y venir, confortándose en sus creencias, en la contención de lo sagrado y la pureza, y al mismo tiempo dando rienda suelta a sus impulsos (vino, derroche conspicuo, ornamentos, danzas, risas, riñas) trasgrediendo desde lo pagano. El estudio etnográfico da cuenta deesta dialéctica de la fiesta donde se conjugan los universos sagrados y profanos.