La variación lingüística a nivel sintáctico que se correlaciona con la clase social del hablante es interpretada de dos maneras distintas. Una propone que los hablantes de estratos bajos hablan peor que los de estratos altos, basándose en la teoría del déficit de Bernstein (1971). La otra corresponde a la visión variacionista que considera ambas opciones como formas de decir lo mismo. A la luz de esta polémica, antigua pero todavía no resuelta, se compara la complejidad sintáctica de discursos narrativos de 60 jóvenes de estratos altos y bajos con el mismo nivel de instrucción. El discurso fue segmentado y medido utilizando la propuesta de las unidades -t (Hunt 1970; Véliz 1988). Los resultados indican que, a pesar de que los jóvenes de estratos altos producen textos más extensos, no hay diferencias significativas en la complejidad sintáctica. Se respalda, de esta forma, la propuesta variacionista, aunque todavía es necesario dar cuenta de la influencia del nivel de instrucción del hablante y el contexto estilístico del uso.