El maltrato al anciano, no es un mito sino una realidad tangible, por lo que se torna imprescindible la necesidad de una toma de conciencia sobre la situación de la víctima vulnerable en nuestras sociedades; los procesos de victimización que sufre, y las respuestas sociales institucionales. Una vez que se detecta, la mejor manera para ayudar a las victimas es el abordaje desde las diversas disciplinas que ofrecerán diferentes respuestas con un objetivo común: mejorar la calidad de vida de los mayores. El flagelo de la violencia ejercida con los mayores; la sociedad en su conjunto pero especialmente los decidores políticos y los profesionales deberán prestar más atención a los problemas de las personas de edad, elaborando alternativas con el fin de erradicar las causas de la violencia hacia ellos. Tengamos en cuenta que toda mejora para los mayores de hoy, es una mejora para todos nosotros, que mas tarde o más temprano llegaremos a esa etapa de la vida.