La mosca del melón es una de las plagas más serias a nivel mundial que infesta los frutos de las cucurbitáceas induciendo un daño considerable que resulta en un crecimiento insuficiente y en pérdidas económicas. Se sabe que la infestación de la mosca del melón en las cucurbitáceas varía considerablemente. La infestación de la mosca del melón induce un daño oxidativo celular que se defiende con un aumento del potencial antioxidante en los frutos infectados. La resistencia proporcionada está relacionada con el aumento del potencial antioxidante y de la expresión de las enzimas de la vía fenilpropónoide (PPP) implicadas en la síntesis de lignina, que se oponen al daño celular y al desarrollo e infección de la mosca del melón. El aumento de la síntesis de lignina en la pared celular externa engrosa la célula y forma una barrera protectora para que la larva del insecto pueda infestar. La larva no logra infestar y se muere de hambre debido a la subnutrición. Las proteínas similares a las lectinas se expresan en las frutas infectadas y se sabe que poseen funciones larvicidas defensivas. Las lectinas expresadas en los tejidos de los frutos infectados de las cucurbitáceas secretan látex y defienden la infestación larvaria de la mosca del melón y proporcionan resistencia. Las moléculas de antioxidante, lignina y lectina se producen como respuesta de defensa en los frutos de las cucurbitáceas que resisten la infestación de la mosca del melón.
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