Desde la década de los setenta llevamos trabajando por la admisión de los sacerdotes secularizados en el ministerio sacerdotal. Nada hemos conseguido de nuestra jerarquía católica. Son numerosos los sacerdotes casados con quienes me he relacionado, y mantienen con fervor su vocación sacerdotal. Cuanto aquí escribo podría ser experiencia de la mayor parte de ellos, con las variantes personales de cada uno. Aunque toda la narración se desarrolla en mi propio mundo, muchos colegas se verán reflejados, porque viven su vocación y obran conforme a ella. Las ideas de este libro pueden servir de examen también a curas y obispos. Tanto en el sentido propio y espiritual, como en el aspecto eclesial. Sacerdocio y matrimonio pueden unirse con éxito pastoral dentro del catolicismo.