El "Libro de la Montería" de Alfonso XI, redactado hacia mediados del siglo XIV, contiene una asombrosa riqueza en documentaciones de nombres de lugar, en su mayoría nombres de lugar menor. Este vasto corpus de más de 12500 formas léxicas apenas ha sido explorado hasta ahora por parte de los expertos en lexicología histórica del español, y ello tanto por rázon de la difícil accesibilidad de los materiales (esparcidos a lo largo del texto sin otro orden que el puramente geográfico) como por razón de la escasa sistematicidad con que la toponimia ha sido aprovechada como fuente de datos léxicos. En la presente obra se ha resuelto el primero de estos problemas mediante una ordenación alfabética de los materiales, por la cual éstos quedan agrupados por tipos léxicos. En el estudio introductorio se pone de relieve, además, cómo el rico corpus de materiales onomásticos encierra abundantísimos datos de interés para la investigación histórica del léxico hispánico; aunque sólo se ha hecho un análisis de una parte representativa de los materiales, han sido numerosas las conclusiones de tipo cronológico (cerca de cien primeras documentaciones), fonético, morfológico (atestiguación de abundantes derivados no o escasamente documentados), semántico y geolingüístico (delimitación de las áreas de difusión geográfica del léxico en época medieval).