Este libro trata sobre los inicios de la mecanización del tiempo en la historia occidental y su influencia fundamental en el ámbito de la experiencia humana. La reflexión filosófica se realiza de la mano de Walter Benjamin y Henri Bergson, explorando la problemática de una comprensión cuantitativa del tiempo en detrimento de su naturaleza cualitativa originaria, suceso que históricamente se fortaleció y se consolidó, según el autor, con el surgimiento del reloj mecánico y la partitura musical. Experiencias sonoras y musicales como el campanario de las iglesias, el tic-tac del reloj mecánico y la polifonía occidental medieval, llevaron al hombre al desarrollo de una sensibilidad apta para la aceptación de una noción mecanizada del tiempo.