Los tumores cerebrales afectan a 9 de cada 100.000 adultos en España, observándose una mayor frecuencia de tumores de tipo glial. Estos tumores presentan un importante impacto en la calidad de vida de los pacientes afectados y un mal pronóstico, sobre todo en los tumores de grado alto. La monitorización no invasiva de los tumores cerebrales es muy importante para el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad y se hace sobre todo por técnicas de Imagen por Resonancia Magnética (IRM), la cual aporta información morfológica. La Espectroscopía de Resonancia Magnética (ERM), tanto en su modalidad voxel único como imagen espectroscópica (IERM) son técnicas complementarias de gran utilidad, por aportar información del entorno metabólico, que no puede aportarse por la IRM. Las dificultades éticas para desarrollar mejoras en los protocolos de IRM/ERM, así como para la prueba de nuevos agentes de contraste en pacientes humanos han llevado al desarrollo de los modelos murinos de cáncer cerebral. Los modelos más utilizados son los creados por inyección estereotáxica, aunque también se han desarrollado modelos transgénicos (GEM, genetically engineered mice) que desarrollan tumores cerebrales.