El envejecimiento no es un fenómeno universal e igual para todas las personas, sino que es el resultado de diferentes modos de envejecer. El envejecimiento patológico se presenta como una modalidad de envejecimiento en el que las personas experimentan una sensación de desintegración personal; desintegración que afecta sus recursos de afrontamiento a nuevas situaciones. En resumen, los modos personales de envejecer conducen a diferentes trayectorias de envejecimiento y, por ende, a distintas vejeces y en el que se vivencia la vejez como una etapa de pérdidas, duelos y sufrimiento frente a la decadencia real o fantaseada de las capacidades biológicas, psicológicas y sociales. El envejecimiento óptimo o envejecimiento exitoso sería aquel en el que las personas ancianas pueden utilizar ciertas condiciones y oportunidades que brinda su contexto ecológico, para poder sostener una actitud personal de incremento de las capacidades, de desarrollo y exploración de su potencial personal, y la búsqueda del bienestar y la integridad.