En febrero de 1999, el entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lanzó los primeros avisos de la modificación al Reglamento General de Pagos que se traducía en el cobro de cuotas de inscripción para los y las estudiantes. Esta decisión unilateral de las autoridades universitarias causó en un sector de la comunidad conformado en su mayoría por estudiantes (además de profesores, trabajadores y padres de familia), una serie de dudas y críticas que se transformaron en procesos colectivos de organización. En este contexto, con gran parte de la comunidad universitaria exigiendo diálogo a las autoridades en torno a la imposición de dicha medida y unas autoridades negadas a debatir, el 20 de abril de 1999, miles de estudiantes agrupados en el Consejo General de Huelga (CGH) decidieron suspender indefinidamente las actividades a través de la toma de instalaciones y comenzar lo que a la postre sería la huelga estudiantil más larga en la historia de la UNAM.