La Diabetes Gestacional es una enfermedad que se desarrolla (exclusivamente) durante el embarazo y desaparece tras el parto. Es una incapacidad del organismo para asimilar el azúcar, que permanece constantemente en la sangre, sin poder entrar en las células, que son las que la necesitan. Se diagnostica, a partir de la 28 semana de gestación, con la prueba de O Sullivan y el Test de Tolerancia Oral a la Glucosa (TTOG). Tras el diagnóstico, es muy importante su control y tratamiento para evitar o minimizar las complicaciones que de la diabetes se derivan, en la embarazada (hipertensión, amenaza de parto prematuro, infección de orina...) y en el feto (aborto, malformación congénita, alteración del crecimiento, muerte fetal...). Las mujeres que han desarrollado alguna vez Diabetes Gestacional tienen un riesgo aumentado de padecer diabetes en un futuro próximo o lejano. Para detectarla lo antes posible (diagnóstico precoz) es conveniente hacer un adecuado seguimiento clínico y analítico después de la gestación.