Una de las asignaturas más apreciadas por los estudiantes es quizás la Educación Física; sin importar qué actividad de aprendizaje haya programado el docente en cada clase. Y aunque el curso tenga sus agentes o medios de enseñanza, los estudiantes muestran preferencias en su generalidad por los deportes, los juegos, la danza, las actividades al aire libre, la gimnasia y, por último, los ejercicios físicos. Esta situación pone de manifiesto que el docente no está fomentando adecuadamente la práctica de ejercicios durante las clases desde un enfoque integrador, formador y ameno, por lo que el estudiante no le da la debida importancia por el valor que esta actividad contribuye a la salud. Por ello, con el acopio de los referentes teóricos sistematizados en el presente texto se pretende motivarlos para que lo asuman como una práctica social e individual, incluso fuera de las clases. Pero esa tarea debe partir desde las aulas y así proyectarse hacia su vida futura, para que el estudiante tome conciencia y adopte una cultura física que le reportará grandes beneficios a su salud y así contrarrestar los retos de un futuro sedentario, reduciendo múltiples enfermedades que afectan al hombre.