La formación del pensamiento matemático comienza desde el primer día de gestación. El cerebro lo utiliza como una más de sus herramientas y a la vez puede ser aprovechada como nueva pedagogía. Pero para eso es necesario cambiar de lo que hasta hoy se entiende como matemáticas, la cual puede llevar al fortalecimiento del mundo algebraico del estudiante, utilizándose en su comportamiento: unipersonal, social, familiar, tanto en las aulas de clase con los profesores y los mismos padres de familia ya que el miedo a las matemáticas proviene de la falta de comprensión, del funcionamiento del cerebro.