El microrriego, o los sistemas de goteo y aspersión, pueden ayudar a resolver problemas como la escasez de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura en el contexto del cambio climático. La producción agrícola, sobre todo de cereales, ha aumentado a lo largo de los años de forma casi proporcional a las instalaciones de riego creadas y utilizadas. En los últimos doce planes quinquenales, de 1950-51 a 2017-18, el potencial de irrigación ha aumentado en un 342,30%. El sector agrícola por sí solo utiliza alrededor del 80% de nuestros recursos hídricos utilizables. Esto requiere un uso eficiente del agua y los nutrientes para mejorar la productividad de los cultivos. Para contrarrestar el déficit sin perder los objetivos de producción, la adopción de sistemas de microrriego en la India se está considerando como una alternativa potencial.
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