En los comienzos el ser humano se encontró formando parte de un entorno natural equilibrado en el que su actuación apenas ejercía influencia. Con el tiempo se situó en una posición de dominio sobre los demás seres vivos causando así un gran impacto sobre el ecosistema. De la mano de una gran explosión demográfica, acompañada de un elevado consumo de energía, el mundo creció utilizando de manera inadecuada los recursos naturales del medio ambiente. La educación ambiental pretende que la comunidad incorpore conocimientos sobre la compleja naturaleza biológica, física y sociocultural del medio ambiente que la rodea. Y en este sentido sea capaz de adoptar valores ligados al respeto, la solidaridad, y el desarrollo de prácticas acordes a la preservación del medio ambiente. Una sociedad que adopta como punto de partida estos principios, permite tender puentes entre el conocimiento, la participación y la acción. "Una sociedad sostenible es aquella que atiende las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para hacerse cargo de sus propias necesidades".