En general, tenemos la combinación y acción de la gestión como suele ocurrir en Dios. La consciencia de la acción, es decir, la gestión, y el momento de la realización del conocimiento se integran. No hay separación entre la propia acción y el cumplimiento de las tareas. En Dios, no es que primero se establezca el objetivo de la gestión y luego se realice de alguna manera para alcanzar un resultado. Todo se combina en uno. Cuando una persona transfiere su consciencia a esta estructura de transformación recibe un elemento de gestión homogéneo. Su objetivo, la acción y el resultado se concentran en el tiempo a nivel de la realización de la gestión. La función principal de la gestión es que los objetivos de la gestión se eligen ya de una magnitud realizada. Dios, que creó la realidad, ya tiene todos los fenómenos de la realidad, por lo tanto, sus acciones en su consciencia son una selección de ciertos elementos de lo que ya existe para Él. Para Dios, el mero hecho de la existencia de la realidad es su acción primaria.
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