El gran desarrollo económico de Japón posterior a la II Guerra Mundial y hasta finales de los años 80s, se debió fundamentalmente a que su modelo económico se basaba en un papel protagónico del Estado para dirigir la economía y en los mecanismos de armónica coordinación entre el gobierno, la empresa privada y los trabajadores. El gobierno supo priorizar las industrias estratégicas para el desarrollo. El modelo se basó en una política de corte keynesiano que hizo posible que la economía nacional funcionara eficientemente. En Japón, para lograr su recuperación económica, se ha preferenciado la competencia tecnológica internacional para accionar sobre el costo de producción y la calidad del producto, con lo cual se influyó en la magnitud del valor dentro de la rama tecnológica seleccionada como sector clave de penetración en el mercado mundial.