Las trasformaciones naturales y la ampliación de las fronteras agrarias en Colombia durante el siglo XX, fueron el resultado de las políticas de colonización agenciadas por el Estado desde inicios de siglo, ligadas particularmente a la construcción de obras públicas como carreteras, vías férreas, entre otras; y además a una intensa movilidad poblacional provocada por éstas y por el auge cafetero y minero. Este proceso culminó con la colonización de vertiente y el inicio de la ampliación de frontera interior hacia zonas incultas del sur y el oriente del país, en las que se gestaron problemáticas económicas, sociales y políticas que pusieron un sello particular a los conflictos por la tierra y a las formas del poblamiento urbano. Estas transformaciones generaron cambios en la estructura de la tenencia de la tierra, desplazamientos, invasiones y alto impacto negativo en el medioambiente, acentuaron la deforestación devastadora y la degradación del paisaje natural y social, aceleraron el deterioro de los ecosistemas y provocaron cambios en la vocación económica de las regiones.