Solamente el ser humano se reúne para escuchar o hacer música, hasta parece que la necesita, casi como un requerimiento fisiológico, más aún, sólo el ser humano puede decodificar el mensaje musical. Su contenido puede no significar lo mismo para individuos distintos, pero todos responden con alegría o tristeza, con risas o lágrimas, con excitación o depresión, con empuje, temor o pasión, y pocos, muy pocos, con indiferencia.