Ahora aparece Ivo Moran, con afinada pluma, gracia y talento, con Mundo Soñado, novela publicada en Lima hace 10 años, trabajo de un escritor maduro y astuto que, como decía Gabriel García Márquez ¿coge del cuello al lector y no lo suelta hasta el final de la lecturä Esta metáfora recargada de ironía terminará sometiendo al lector a lo que Rogelio Demarchi llamaba ¿realismo delirante¿.Su madurez narrativa nos lleva a veces en una carrera por ratos lineal y en otras cinematográfica, saltando, cortando, remando siempre en el tiempo, su obsesión o pasión, para dejar su tesis de acusación ante la sociedad degenerada y arteramente sofisticada. Intensamente humano, construye un bello y dialéctico alegato en defensa del niño. Con ensañamiento, alevosía, premeditación y ventaja expone su pensamiento social para desmitificar algunos estereotipos sociales. Parece acompañarle el escepticismo en una sociedad decadente, pero esto no implica conformismo, más bien, es el producto de una mirada intensamente crítica y desnuda. Al final de la jornada el maestro y profeta, pareciera decirnos que hay que mirar lo que nos rodea, y pensar en los niños, en el tiempo, y en nuestros sueños.