Será el tiempo el que, otorgue o eche atrás los testimonios que por más de tres generaciones han permitido a los nativos de Chimalhuacán Atenco sustentarse como grupo depositario de leyendas y tradiciones de su región; leyendas y tradiciones, con base en las cuales respaldan su permanencia como custodios de la historia que sólo al ser narrada por ellos adquiere veracidad. Una indagación documental fue la que, permitió establecer que fue aproximadamente para la última década del siglo XIX y los albores del siglo XX cuando el grupo de vecinos de Chimalhuacán Atenco se nombran o se hacen llamar nativos de la región, presumiendo que el origen ancestral de su apellido les permitía remontar su linaje hasta el siglo XVI, por lo que el derecho a llamarse nativos se auto otorgan el título por vía generacional.