Aristóteles fue el primer filósofo en ocuparse de los problemas relativos a la ontología, el análisis y la explicación de las acciones. Más aún, él ocupa en la filosofía de la acción así estructurada una posición tan central como la de Frege en la moderna filosofía del lenguaje. La pregunta que se impone desde el comienzo es qué entiene por 'práxis'. ¿Es su concepción ontológica de la acción separable de su visión ética de ella? Para responder a esta pregunta, central en la filosofía aristotélica de la acción, es indispensable distinguir entre acción y producción y determinar el rol que juega en la primera la elección, que es, según el Estagirita, un pensamiento que desea y una deseo que piensa. Ella es, en cuanto tal, la causa de la acción y la que hace que ésta sea su proprio fin, a diferencia de la producción, que busca su fin fuera de sí misma. Gracias a la elección, la acción es no sólo voluntaria, sino también responsable y por tanto, no sólo una acción, sino también una acción buena (eupraxia) o mala.