Las parasitosis con sintomatología tan severa en el humano como la neurocisticercosis, ya que, afecta al sistema nervioso y es causa de convulsiones, ha sido por muchos años una relevante preocupación para los organismos sanitarios oficiales de los países, por la nada despreciable tasa de morbilidad y mortalidad que ocasionan en los infectados, como producto de la hipertensión endocraneal, hidrocefalia o desplazamiento parenquimatoso que la larva de Taenia solium protogoniza en el tejido cerebral del hospedador.