Muchas mujeres ya no buscan tener una relación de pareja tradicional en donde ellas estén destinadas a la atención del hogar y de los hijos, mientras que los hombres trabajan, se desarrollan profesionalmente y mantienen a la familia. Las mujeres tienen ya un proyecto de vida al igual que los hombres. La mujer trabaja tanto por la necesidad económica de recibir un sueldo y mantener a sus hijos y a ella misma, como también por la necesidad de encontrarle un sentido a su vida, de trascender y utilizar su preparación para obtener un crecimiento personal. Los hombres ya no son vistos como los únicos proveedores, poco afectivos y autoritarios; ahora comparten su responsabilidad con las mujeres, pueden mostrar su afecto y su sensibilidad más libremente. En esta investigación se analiza cómo se adaptan los profesionistas morelianos a los cambios de roles, cómo mantienen una relación de pareja funcional y cómo consiguen permanecer juntos.