La información en la Web está en gran medida descentralizada y este aspecto favorece su crecimiento. Para almacenar el conocimiento y hacerlo accesible a las máquinas, las ontologías permiten agrupar la información en dominios de conocimiento, que pueden utilizarse para descubrir y seleccionar información relevante para los intereses del usuario. Aunque el uso de ontologías para representar y organizar el conocimiento representa un avance hacia la automatización de los procesos de descubrimiento de información, la diversidad de ontologías para describir un mismo dominio puede dificultar la interoperabilidad entre aplicaciones. Este problema está relacionado con la heterogeneidad semántica, cuyo origen es más filosófico que computacional. La dificultad inherente a la comunicación entre los agentes y servicios que utilizan estas ontologías pone de manifiesto la necesidad de incluir una entidad neutral entre las partes que pueda resolver los problemas relativos a los impases entre la información. Esta entidad se denomina mediador y, en este trabajo, es un servicio de mediación llamado OntoBRIDGE, que lleva a cabo el proceso de reconciliación de ontologías.
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