La ontología mutante, siendo concebida fantásticamente, es aquella donde mi mente desconstruye mi espacio social que encierra deseos, signos, memoria, intercambios, frustraciones y sueños, para llevarme a una preocupación de mi quehacer como ser humano más allá de mis relaciones sociales cotidianas. Tomo la metáfora de ciudades fantásticas como mecanismo de escape de una realidad insatisfactoria. Propongo la conquista de una nueva percepción de "sí mismo" por el individuo quien, como yo, busca ese cambio a partir de su propio desencanto. La percepción a conquistar que yo propongo es una categoría que he llamado ontología mutante, la cual consiste en la transgresión de la concepción que tiene el "yo" de "sí mismo" a través de los deseos ocultos que éste habrá de sacar a la luz a pesar de los obstáculos impuestos por la moralidad.