Fue después de más de 15 años involucrados en la cuestión de los conflictos, en un primer momento como jurista, después como abogado, académico y más adelante como mediador y Juez Arbitral que muchos de mis inquietudes tomaron espacio precioso en mi sentir y cambió la paz interna que yo, inocentemente, creía sentir para un estado de caos y compromiso de comprender que pasa con los humanos modernos y su manera de hacer justicia. ¿Qué concepto de juzgador se puede mirar florecer en los apagares de las luces de la modernidad? Eses temas me pareció fundamental para, hasta mismo, validar mi esperanza y todo más que en su entorno acerca de mi propio existir y hacer. Estas son algunas de las preguntas que refleja este trabajo, pero la respuesta es una construcción constante que este trabajo invita a pensar.