Conforme aumenta la cultura de la Sociedad ésta tiende cada vez mas a la automedicación. La automedicación suele considerarse como algo que debe evitarse todo lo posible. Sin embargo la automedicación bien realizada tiene sus ventajas. Implica al paciente en su tratamiento, disminuye los gastos de los Sistemas Sanitarios y, sobre todo, acelera el tratamiento y la curación del paciente. Pero la automedicación con antibióticos dificilmente puede considerarse conveniente para el paciente o para la sociedad. Es casi imposible que el paciente sea capaz de autodiagnosticarse con exactitud una infección bacteriana, y un mal uso de los antibióticos ocasionaría un aumento de las resistencias. En las farmacias muchos pacientes nos piden antibióticos para automedicarse. El farmacéutico está en una posición inmejorable para reconducir estas demandas y sustituir el antibiótico pedido por otro medicamento mas apropiado. O bien, derivar al paciente al médico si fuera necesario un examen mas detallado