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Los australianos tienen una fuerte actitud negativa hacia las malas hierbas y una tendencia a etiquetar un gran número de recursos vegetales potencialmente útiles como especies invasoras, que deben ser controladas a toda costa, al tiempo que ignoran las considerables evidencias del uso, tanto por parte de los australianos como de los colonos europeos, de plantas consideradas como malas hierbas. Esta actitud puede provenir de los ajustes que tuvieron que hacer los primeros colonos para cultivar en un continente ambientalmente duro. Más recientemente, la aplicación de evaluaciones del riesgo de…mehr

Produktbeschreibung
Los australianos tienen una fuerte actitud negativa hacia las malas hierbas y una tendencia a etiquetar un gran número de recursos vegetales potencialmente útiles como especies invasoras, que deben ser controladas a toda costa, al tiempo que ignoran las considerables evidencias del uso, tanto por parte de los australianos como de los colonos europeos, de plantas consideradas como malas hierbas. Esta actitud puede provenir de los ajustes que tuvieron que hacer los primeros colonos para cultivar en un continente ambientalmente duro. Más recientemente, la aplicación de evaluaciones del riesgo de las malas hierbas "centradas en las especies" -un campo bien desarrollado en Australia- puede haber contribuido también a que muchos taxones de plantas se consideren "invasores" en la mente del público. Un gran número de publicaciones recientes, incluidos informes patrocinados por el gobierno, han puesto de manifiesto las pérdidas de producción agrícola causadas por las malas hierbas y las amenazas que suponen estas especies para la biodiversidad. Las plantas en cuestión son en su mayoría "colonizadoras", que tienen la capacidad de ocupar rápidamente entornos modificados por el hombre. En Australia, la atención se ha centrado tanto en librar una prolongada guerra contra las malas hierbas que los gestores de las tierras han tendido a pasar por alto el potencial de utilización de estas plantas como recursos. Los australianos tienen una fuerte actitud negativa hacia las malas hierbas y una tendencia a etiquetar un gran número de recursos vegetales potencialmente útiles como especies invasoras, que deben ser controladas a toda costa, al tiempo que ignoran las considerables evidencias del uso, tanto por parte de los australianos como de los colonos europeos, de plantas consideradas como malas hierbas. Esta actitud puede provenir de los ajustes que tuvieron que hacer los primeros colonos para cultivar en un continente ambientalmente duro. Más recientemente, la aplicación de evaluaciones del riesgo de las malas hierbas "centradas en las especies" -un campo bien desarrollado en Australia- puede haber contribuido también a que muchos taxones de plantas se consideren "invasores" en la mente del público. Un gran número de publicaciones recientes, incluidos informes patrocinados por el gobierno, han puesto de manifiesto las pérdidas de producción agrícola causadas por las malas hierbas y las amenazas que suponen estas especies para la biodiversidad. Las plantas en cuestión son en su mayoría "colonizadoras", que tienen la capacidad de ocupar rápidamente entornos modificados por el hombre. En Australia, la atención se ha centrado tanto en librar una prolongada guerra contra las malas hierbas que los gestores de las tierras han tendido a pasar por alto el potencial de utilización de estas plantas como recursos.
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Autorenporträt
El Dr. Nimal Chandrasena cuenta con más de 25 años de experiencia internacional en la gestión de malezas y vegetación en situaciones acuáticas y terrestres. Procedente de la Universidad de Colombo, Sri Lanka, obtuvo su doctorado en Ciencias de las Malas Hierbas en la Universidad del Norte de Gales, Bangor, en 1983. Actualmente es científico principal/consultor en GHD Pty Ltd.