Hay tanta lluvia en estas páginas. Y bajo su azote, un hombre empapado hasta la médula, se calza los viejos zapatos de sus ancestros, y continúa el camino. Dentro de él, un niño en cautiverio envejece pegado a la ventana de la memoria. Sabe que la lluvia miente, da lo mismo si es diluvio o garúa, y por eso escribe. Así conjura al frío y a los vidrios destrozados por los balonazos del tiempo. Así levanta las plantas derribadas por el vendaval de la muerte. Así asume el regreso de quienes partieron, mientras hereda un camino repleto de huellas húmedas a su hija. Sabe que todo se va y regresa con la lluvia, y aunque haya temporadas en que escampe, debemos seguir el rumbo con los pies mojados, porque el invierno es una estación inevitable. Carlos Gustavo Vargas es ese Peatón de tempestad que durante años ha cruzado, desguarnecido, este sendero de charcos que es la poesía. Con paciencia fraguó cada verso a partir del barro que sus inquietudes, contemplaciones, lágrimas y lecturas le prodigaron. Ahora, que finalmente llega a la estación del asombro, entre las filigranas de lo que parece una víspera de claridad, nos comparte este primer poemario, que promete arrastrar a sus lectores hacia un temporal luminoso. WILLIAM VELÁSQUEZ Turrialba, Costa Rica Setiembre 2023
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