La cultura de la complejidad debe fundar un nuevo humanismo, basado en el enriquecimiento mutuo de la cultura tradicional y la cultura científica, pero sobre todo, en la idea compleja de que la identidad del hombre no es pensable sin la relación entre los hombres. Caminamos hacia la búsqueda generalizada de nuevas formas de entrelazamiento y de nuevos espacios de vincularidad. Aprender a convivir, aprender a vivir juntos, desarrollando la cooperación, comunidad, colaboración, coordinación, comprensión del otro, constituyen un imperativo de la educación para este difícil momento que atraviesa la humanidad".