Los pequeños productores agropecuarios constituyen entre el 75% y el 80% de los productores latinoamericanos y ocupan la mayor cantidad de empleos del sector en el continente. Esos productores no pueden ser definidos por la superficie que ocupan. Algunos se encuentran en zonas desarrolladas de alto valor de la tierra, con lo cual tienen las posibilidades de lograr productos de alto precio, como frutales, flores, etc, pueden arrendar o vender sus predios. Los que se encuentran en zonas marginales por la distancia a los mercados, por la calidad de la tierra o por la carencia de asistencia técnica pueden poseer superficies más grandes y encontrarse en una situación de pobreza. También existen en Latinoamérica numerosos grupos de pobladores indígenas, que en sus comunidades presentan características muy diversas. Los productores pequeños no son personas pasivas sino que los entramados dentro y entre familias hacen a su subsistencia y, en casos, a una capitalización importante. Las promociones gubernamentales están dirigidas especialmente a los empresarios agropecuarios y suelen no atender al tipo de productor marginal y a los grupos indígenas o hacerlo ineficientemente.