El desarrollo producto del trabajo de los hombres hará florecer nuestros planeta. Los diferentes sectores organizados que conforman una nación, coordinados por el Estado y habiendo participado en la definición de unos valores aprobados e incorporados en su respectiva Constitución Nacional, tendrán elevadas posibilidades de estar permanentemente perfeccionándose. Los valores constituyen la base que sustenta todo el sistema económico, social, político de cualquier nación y deben ser difundidos por todos los medios de comunicación para que toda la población asuma el compromiso de ponerlos en práctica y así el trabajo de todos tendrán una dirección, un sentido: el bien común, el desarrollo. Para la elaboración y puesta en marcha de los programas y proyectos se deberá conformar equipos de especialistas que les construyan viabilidad técnica, económica y política. La Educación, la planificación y el trabajo son los instrumentos indispensables para la permanente elevación de los niveles de desarrollo tanto de los individuos como de la nación.