El turismo en los últimos años se ha convertido en una de las actividades de la economía con mayor fuente de generación de empleo, de divisas y de estímulo de inversiones, por lo que se ve como un sector clave en regiones rezagadas, gracias a su capacidad para generar múltiples beneficios que potencializan el desarrollo económico y la modernización, esto se puede conseguir de la mano con los gobernantes y los ajustes respectivos en las políticas públicas. Para alcanzar el objetivo debe haber avances significativos en acuerdos mancomunados que tengan en cuenta a las comunidades que habitan en el lugar de aplicabilidad de las actividades turísticas como sujetos activos y protagonistas de su propio desarrollo.