Las perforaciones del conducto radicular siempre se han considerado complicaciones graves en la práctica odontológica y, desde una perspectiva histórica, lo más probable es que hayan dado lugar a extracciones dentales en la mayoría de los casos. Este tipo de defectos, ya sean de origen patológico o mecánico, a menudo requieren un enfoque creativo para su tratamiento.La palabra "perforar" procede del latín "perforo", que significa "perforar", "atravesar" o "penetrar".La perforación del conducto radicular es una comunicación mecánica o patológica entre el sistema de conductos radiculares y la superficie externa del diente. Puede ser de dos tipos, una resultante de un proceso de resorción y otra producida iatrogénicamente, que puede ocurrir durante la preparación de la cavidad de acceso o la preparación biomecánica del conducto radicular o un procedimiento posendodóntico.
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