A través de la historia, los daños que han sido más representativos ante solicitaciones sísmicas son, sin duda, los que afectan mayormente al movimiento del suelo como resultado directo de las condiciones geológicas locales produciendo consecuencias sociales y económicas. En las últimas décadas, terremotos como los de México 1985, 2017, Japón 1995, Indonesia 2004, Haití y Chile 2010, han quedado grabados en la historia por el gran número de muertos y estructuras colapsadas, esto debido a que el efecto de sitio es primordial en suelos blandos e intemperizados, a diferencia de los cercanos al basamento.El mayor conocimiento que se puede obtener del efecto de sitio en eventos sísmicos es mediante la observación directa del movimiento de la tierra, sin embargo, este tipo de investigación puede verse limitada por el bajo número de eventos en zonas de baja incidencia, por lo que se debe recurrir a estudios de respuesta de sitio con apoyo de microtremores.