Poesía y política han sido eternas compañeras. Y ello puede afirmarse en Occidente desde Homero hasta lo que se ofrece fresco en el día presente. Sin embargo, fuera del criticismo literario, no ha sido un terreno al que se hayan acercado las ciencias sociales con frecuencia como fuente de sus análisis o como medio acumulativo de hechos. Algunas propuestas académicas para utilizar la tragedia clásica griega o la de Shakespeare, o las más recientes, han suscitado una reflexión, que se expone aquí, sobre la utilidad de volver sobre este recurso en el estudio de las relaciones exteriores, en particular, y de las ciencias sociales en general. Aquí se sugiere extender estas consideraciones a la poesía y, como fuente exploratoria para el ejercicio académico, en la segunda parte se incluye la traducción de la obra Cinco bandidos del poeta coreano Kim Chi-ha.