Los polinizadores, incluida la abeja melífera, están desapareciendo, en algunos lugares del mundo drásticamente. Esenciales para los agrosistemas y los ecosistemas naturales, sólo ante el descenso de sus poblaciones se les ha reconocido una labor fundamental, que dábamos por descontado y que ahora se demuestra vital. La gravedad es de tal magnitud que en el 2002 la FAO puso en marcha el Proyecto Global de Polinización, centrado en la conservación y gestión de los polinizadores para el desarrollo de una agricultura sostenible mediante un enfoque ecosistémico, a fin de reintroducir polinizadores con el objetivo de mantener los servicios de polinización tanto en ecosistemas naturales como en agroecosistemas sin disminuir sus rendimientos.