Hacía el siglo I a.C., con la expansión del Imperio Romano por el continente Europeo y las costas del Mediterráneo, los latinos se establecieron en nuevas tierras pero también diversos grupos étnicos se trasladaron a la península Itálica conformando una sociedad pluricultural. Con el aumento de la población y la diversificación de las prácticas sociales, culturales y religiosas, la antigua élite romana debió implementar otros métodos para ejercer la dominación sobre los demás estamentos y grupos sociales, ya que las prácticas políticas solo lograban contener y encauzar a aquellos sectores que participaban directamente en el ámbito estatal. Con la transformación del sistema republicano en un modelo imperial, los sectores sociales excluidos del campo político fueron cada vez mayores lo que produjo la necesidad de aplicar la dominación sobre los individuos a través de diversas prácticas como la literatura, el espectáculo y la sexualidad.