Desde la revolución de 2011, Túnez se enfrenta a importantes retos económicos y sociales, agravados por los persistentes desequilibrios macroeconómicos. La política monetaria, tradicionalmente centrada en la estabilidad de precios, ha tenido que evolucionar en respuesta a un entorno económico en rápida evolución marcado por la ralentización del crecimiento, la elevada inflación, el desempleo endémico y las tensiones en el mercado de divisas.El objetivo de este libro es examinar las reformas y ajustes de la política monetaria tras la revolución, poniendo de relieve los dilemas a los que se enfrenta el Banco Central de Túnez. Por un lado, la necesidad de apoyar el crecimiento económico y, por otro, la prioridad de mantener la estabilidad financiera en un contexto de creciente endeudamiento, deterioro de las finanzas públicas e inestabilidad política.
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