Las políticas públicas del sector agropecuario en México necesitan de instituciones creadas por el Estado que sean capaces de contener los efectos de la globalización y convertirlos en ventajas competitivas para el país. Este libro destaca la necesidad de articular las políticas públicas para resolver los problemas de objetivos contrapuestos y de proliferación de externalidades que observa el sector agroalimentario. Lo anterior implica que además de orientarse a satisfacer la demanda futura de alimentos, estas políticas agroalimentarias deberán tomar en cuenta que la oferta alimentaria que se genere lo haga de forma amigable con el medio ambiente, que considere los efectos de y sobre el cambio climático, que genere alimentos saludables, inocuos, seguros y con un elevado componente, que tome en cuenta el desarrollo del sector rural y que mejore la calidad de vida de sus pobladores.