Durante años me he preguntado: ¿Por qué tanta gente de mi generación ha abandonado tácitamente su fe cristiana? Me doy cuenta de que no hay una respuesta sencilla a esta pregunta. En mi opinión, la pérdida de la fe es una cuestión de percepción personal de la realidad. Ningún ser humano vive del conocimiento, porque todo conocimiento requiere confianza y fe. Debido a una percepción unilateral de la realidad orientada al conocimiento, la gente ya no puede percibir la dimensión religiosa en sus vidas. Me gustaría mostrar que la fe, la esperanza y el amor son requisitos indispensables para dar forma a la vida. El hombre vive porque puede construir relaciones conscientes, reales y existenciales con él mismo, con el medio ambiente y con DIOS. Esta es la forma de vida de los creyentes que quieren seguir el camino de Cristo. Esta fe interpreta racionalmente mi existencia en esta realidad incomprensible. El hombre vive para encontrar a DIOS, que es el amor. Este libro ha sido traducido con Inteligencia Artificial.