Las enfermedades periodontales son infecciones multifactoriales provocadas por especies bacterianas complejas que interactúan con los tejidos y las células del huésped, algunas de las cuales provocan la destrucción de las estructuras periodontales, incluidos los tejidos de soporte del diente, el hueso alveolar y el ligamento periodontal. El desencadenante del inicio de la enfermedad es la presencia de biopelículas microbianas complejas que colonizan las regiones sulculares entre la superficie del diente y el margen gingival a través de interacciones específicas de adherencia y acumulación debidas a cambios arquitectónicos en el surco. Porphyromonas gingivalis es la especie más asociada a la forma crónica de periodontitis, y puede detectarse hasta en el 85% de los focos de enfermedad. La capacidad de P. gingivalis para modular la cascada inflamatoria inmunitaria del huésped mediante la inhibición de la IL-8 de las células epiteliales gingivales lo considera un patógeno pétreo clave en la orquestación de la respuesta del huésped. Se están realizando más investigaciones para estudiar el uso de estos antígenos como candidatos a vacunas que, si se utilizan adecuadamente, pueden ser útiles como terapia complementaria para mejorar la periodontitis crónica.
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