La obesidad es una enfermedad crónica que hoy día está alcanzando cifras de pandemia. Aumenta drásticamente año tras año, sobre todo, entre la población infantil, constituyendo un importante problema de salud pública. Los tratamientos convencionales basados en la restricción calórica y el aumento de la actividad física han conseguido unos resultados limitados, por lo que se están buscando nuevas alternativas de tratamiento como el uso de péptidos gastrointestinales o análogos que participan en la regulación de la ingesta de alimentos. Aquí destaca el PYY, una hormona de 36 aminoácidos secretado por las células L enteroendocrinas que tiene efecto anorexigénico, es decir, inhibe la ingesta, aumentando así la saciedad ante las comidas.