A pesar de la adhesión de Camerún a los principios universales de los derechos humanos inscritos en su Constitución, las mujeres sufren una discriminación persistente en lo que se refiere a los derechos sobre la tierra. La responsabilidad de la situación actual recae directamente en las leyes estatutarias y consuetudinarias, que no sólo entran en conflicto entre sí, sino que además son poco explícitas. La propiedad de la tierra en el país está regulada por una plétora de leyes, decretos y órdenes administrativas, que cambian constantemente. Estos estatutos no son muy eficaces a la hora de proteger los derechos de las mujeres sobre la tierra porque son neutrales en cuanto al género, aunque operan en una sociedad sensible a las costumbres, en la que éstas tienen un sesgo de género. Las leyes consuetudinarias están arraigadas en el principio del patriarcado, que cree en la dominación masculina y la subordinación femenina. Esta negación de los derechos de la mujer a la tierra por parte de la costumbre se basa en cuatro falacias: las mujeres son inestables; las mujeres son propiedad; las mujeres son buenas para los matrimonios de levirato y las viudas son propensas a casarse de nuevo. En realidad, las mujeres no tienen identidad propia y no se les puede confiar un recurso tan valioso (la tierra).
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.